En la capilla hay repiques
de campanas navideñas
y en el pesebre una Virgen
desvelada sufre y sueña.
Contempla al niño dormido,
mira su frente serena
y una sonrisa ilumina
su carita de azucena.
Din, dan, don
las campanitas sonando están.
Din, dan, don
las campanitas sonando están.
Cada mañana en la torre
de la iglesia campesina
las campanas se despiertan,
a pesar de la neblina.
Llegando la nochebuena,
lanzan alegres al viento
una plegaria amorosa
anunciando al Rey del Cielo
Din, dan, don
Agradecimientos: Rubén Osegueda