Venid acá pastorcitos,
paso a paso, acá venid.
Entonemos dulces cantos,
que ya el Niño va a dormir,
que ya el Niño va a dormir.
Duerme Niño arrullado a los ecos
de mi lánguida y dulce canción,
duerme Niño al compás que te llevan
los latidos de mi corazón.
Si te falta una cuna mullida
en el pobre portal de Belén,
yo haré Niño que duermas mecido
de mis brazos al suave vaivén.
Y aunque tengas los ojos cerrados,
y aunque en sueño muy profundo estés,
con los ojos del alma me miras,
con los ojos del alma me ves (bis)